Terminé de educar en casa (1a Parte)
Educar en casa es una bendición más allá de toda descripción y si Dios te ha llamado a ello, Él te suplirá con la gracia y creatividad que necesitas para hacerlo
Desde que inicié este blog he pensado que no soy ni la más experta, ni la más conocedora, ni nada por el estilo, pero ya que tengo la facilidad (entiéndase, la ayuda de mi esposo) para escribir en un blog, y habiendo tanta necesidad de información sobre la educación en el hogar en español, es que me decidí a hacerlo.
Es por esto que me gusta compartir las riquezas que me encuentro mientras leo a mujeres con experiencia y de quienes voy aprendiendo. En este caso, Marilyn Boyer, la autora de este artículo (el primero de 3), es madre de 14 hijos, educadora en el hogar junto a su esposo Rick, mujer de negocios y muchas cosas más. Espero que este artículo te ayude a ver las cosas desde una perspectiva distinta, como ha hecho conmigo.
Karime.
Terminé de educar en casa
¡Escribir este artículo ha sido muy emotivo! Supongo que es solo que soy rara. Escucho a la gente que está graduando a su último hijo y se sienten tan aliviados y felices, queriendo hacer una fiesta para celebrar. Yo me siento contenta, ¡pero también me siento triste! Estoy cerrando mi año número 37 (y último) de educación en el hogar. Kasey va a terminar probablemente este mes (tomó un pequeño receso para tomar una clase intensiva y poder obtener su licencia de piloto privado). No es que no sepa qué haré con mi tiempo, en lo absoluto, la realidad es que extrañaré lo que se ha convertido en un estilo de vida para mí: levantarme cada mañana y “hacer escuela”.
No puedo creer que ya han sido 37 años, ¡y tampoco puedo creer que ya no lo será más a partir de este próximo mes de septiembre! Voy a escribir otro post en mi blog en algún momento compartiendo algunas de las cosas que he aprendido durante los últimos 37 años y cómo me convertí en una mejor maestra al aprender sobre el aprendizaje en general. Compartiré lo que cambiaría, si eso fuera posible, y lo que me da gusto haber hecho en la forma en que lo hice, pero en este post solo quiero alentarte si te sientes abrumada por la educación en el hogar y sientes como que está dominando tu vida. Es totalmente normal, y llegará el día, más pronto de lo que desearías, en que tú también estarás concluyendo tu viaje en la educación en el hogar.
Solo quiero mencionarte lo que he AMADO sobre educar en casa y por lo que lloro mientras escribo sobre cuánto lo voy a extrañar. (puedes leer un artículo en inglés llamado Why I’m glad I homeschooled)
La educación en el hogar te permite tener una relación más cercana con cada uno de tus hijos. En lugar de enviarlos a la escuela, tú eres su principal maestro. Tú tienes su atención durante la mayor parte de las horas en que está despierto ¡CADA DIA! Tienes una influencia increíble en sus vidas.
TÚ decides a qué exponer a tus hijos. Para mí, la verdad y un amor por Dios y Su Palabra fueron mis principales metas al educar en casa a mis hijos. No tuve que enseñarles sobre la evolución, pseudo-psicología o tolerancia de estilos de vida de pecado. Yo me convertí al Señor 4 años antes de que mi primer hijo naciera, así que tenía una pasión por enseñarles la palabra de Dios y una pasión por aprenderla junto con ellos! Tuve que “des-aprender” mucho de lo que me enseñaron en la escuela. Nunca hice que mis hijos leyeran algunos de los clásicos, aquellos que fueron escritos por trascendentalistas y ateos. Si exponemos a nuestros hijos a la verdad, crecerán siendo capaces de reconcer la falsedad.
TÚ como mamá puedes analizar a cada niño y ver cuáles son las pasiones que Dios les ha dado a cada uno. Puedes enseñarles para que sean quien Dios quiere que sean. Claro, hay algunas cosas que todos necesitamos saber, como matemáticas básicas, pero hay muchísimo espacio para dedicarse al aprendizaje que les permitirá a tus hijos avanzar mucho en convertirse en quienes Dios quiere y para lo que los creó. Me encantaba ver cómo se desarrollaban los intereses en mis hijos y pensar en formas en que pudiera entonces suplir de materiales, libros, cosas que les permitiera explorar en ese interés particular. No hay niños promedio. Cada niño es una creación única de Dios y TÚ tienes la oportunidad de estar presente mientras Dios revela año con año quién es tu hijo realmente. Eso me encantó. Fue mi meta el hacer que mis hijos tuvieran éxito en lo que fuera que eligieran lograr, no hacerlos encajar en lo que las escuelas públicas dicen que necesitan ser todos los niños.
¡Voy a extrañar el tiempo con mis hijos! Me encantaba sentarme con mi brazo alrededor de ellos mientras titubeaban al decir las letras y aprendían a leer. Me encantaba leerles de acuerdo a su área de interés, incluso si no era un tema que me interesara, como la cacería del venado de cola blanca, por ejemplo, pero amé cada momento invertido en sus pequeñas vidas. Disfruté el tratar de encontrar formas de ayudarles a entender los conceptos que eran difíciles para ellos de entender. ¡Me encantaba ver como se encendía esa pequeña lucecita en sus ojos cuando finalmente entendían!
AMABA alentarlos a probar ese experimento o ser creativos, incluso cuando sabía que lo que querían hacer probablemente no resultara en la forma en que deseaban. De eso se trata el aprender, de ser libre para investigar e intentar las cosas. Fallar es un escalón natural hacia el éxito.
AMABA ser la malabarista, la entrenadora, la que supervisara su proceso de aprendizaje. Claro que me sentía abrumada, prácticamente a diario, pero verlos emocionados al obtener logros hacía que cada momento valiera la pena. También me sentía estirada como una liga de hule, en tantas direcciones y a menudo sentía que las cosas no las estaban entendiendo: carácter, buenos modales, etc. Pero ser constante funciona y la palabra de Dios nunca regresa vacía. Cualquier cantidad de tiempo que pases enseñando la palabra de Dios a tus hijos, jamás será un desperdicio. Encontré que necesitan tenerla en sus mentes primero y después dará paso hacia sus corazones al aprender a meditar en su verdad.
Podría continuar, pero toma conciencia de esto: Esta etapa de tu vida terminará para ti un día, probablemente mucho antes de lo que fue para mí, ya que eduqué en casa a 14 hijos. Recuerda, ¡no volverás a tener este tiempo! ¿Es difícil? Claro! ¿Te lleva mucho tiempo? ¡Por supuesto! ¿Es demandante? ¡También! Pero ve la DULZURA, enfócate en los beneficios, sintonízate en las bendiciones y aprende a abrazar esta etapa de la vida.
Educar en casa es un privilegio. Educar en casa es una bendición más allá de toda descripción y si Dios te ha llamado a ello, Él te suplirá con la gracia y creatividad que necesitas para hacerlo. Recuerda voltear a verlo a Él diariamente y estar agradecida por la oportunidad de deleitarte en tus hijos.
Puedes leer el artículo original en inglés en el blog de Marilyn Boyer aquí y conocer más sobre los Boyer en su sitio web www.characterconcepts.com
Casi lloro. Un tesoro leer esto. Gracias por el tiempo que dedicaste en la traducción de este artículo, Karime.
Por nada Gloria, gracias a Dios que nos equipa y por supuesto a Marilyn por compartir con nosotros lo que ha aprendido. Saludos!
Gloria, vi el articulo original que publico tu esposo, pero mi inglés es muy malo y no tuve tiempo de copiarlo a un traductor… gracias por tomarte el tiempo! se valora muchísimo! Dios los bendice. 🙂
Que bello, que hermoso ver como otras mamás llegan al final de camino con tanto gozo.
😊
Sí! Nos alientan a seguir 🙂
Literal llore me hizo traer a mi mente cada momento vivido con mis niñas y recordar cada logro y aun más reafirmar este camino tan difícil, cansado, demandante pero creo firmemente remunerado y muy bendecido.
Wow!!!! Las tres partes de este artículo me han emocionado en el alma….mil gracias por compartirlo.
Para mí también fueron de mucha bendición leer a una mamá tan experimentada, por eso quise compartirlo 🙂
Al leerlo, vi que era necesario iniciar con un cuaderno de notas, a fin que no pierda el rumbo, el motivo principal de educar en casa, que mis hijos conoscan al Señor.
Oh qué bendición me ha sido leer, meditar y ahora que aún comienzo este camino, ver con dulzura la maternidad y ya hacerme la idea que no será fácil pero Dios es mi fortaleza y debe ser mi refugio.
Gracias por tomarte el tiempo de traducirlo.
Dios es nuestra fortaleza 🙂