Terminé de educar en casa (3a Parte) “10 Cosas que haría de nuevo”
La última parte de la serie Terminé de educar en casa, por Marilyn Boyer, a quien agradezco la oportunidad que me dió de traducir y publicar en español este material. Espero que encuentres en estas palabras el tesoro de su experiencia y puedas tomarlo como ayuda para aumentar la riqueza en tu propio hogar.
En mi post anterior, hablé sobre “10 Cosas que haría de manera distinta” desde el inicio de la educación en el hogar con mis hijos, si tuviera la oportunidad de hacerlo de nuevo.
En esta ocasión, quiero compartir contigo aquellas 10 cosas que haría de nuevo sin pensarlo, ¡y hasta más!
1. Analizar a mi hijo para conocer lo que le apasiona, sus deseos, lo que le inspira, lo que le desanima, y enseñarle de acuerdo a esto. Planear lo que veo que mi hijo necesita estudiar, no lo que dice algún programa establecido
Ciertamente no inicié la educación en casa de esta forma, pero no pasó mucho tiempo antes de que me fuera claro que cada niño es único tanto en sus fortalezas como en lo que verdaderamente le interesa. Se convirtió en un deleite para mí el ver esas pasiones desarrollarse y buscar la forma de proveerles con herramientas, materiales, animales en ocasiones, para permitirles explorar aquellas áreas de interés. Me di cuenta de que cuando un niño avanzaba en su área de interés de manera apasionada, todos aprendíamos y crecíamos junto con él. Desde cuidar conejos, pasando por construír libreros, criar peces, involucrarnos en asuntos cívicos, fotografía, etc., nuestra familia aprendió junto con aquél que estaba muy interesado en ese tema.
2. Preguntarles y escuchar sus opiniones sobre cómo aprenden mejor o cuál currículum elegir.
Algunos currículums que funcionaron bien para la mayor parte de mis 14 hijos, fueron horribles para algunos otros. Los niños piensan y procesan la información de manera diferente. No hay una receta para enseñar que aplique a todos. Aprendí mucho cuando les pregunté a mis hijos, quienes estaban teniendo dificultad con alguna materia, cómo podrían aprender mejor, cómo podría yo enseñarles mejor. Nos hizo “salirnos de la caja” pero funcionó. Haz lo que funcione. ¡No importa cómo lo enseñen en la escuela! Si tu hijo está más involucrado en el currículum que está usando, se esforzará más por aprender.
3. Dejarlos explorar en sus intereses y pasiones
¡Podría escribir un libro sobre los intereses de mis hijos en los que exploraron! Algunas veces estaban locamente interesados en algo durante un período breve y después seguían con otra cosa. Y eso está bien, de esta forma son expuestos a más cosas. Algunas veces sus intereses duraron por años e incluso continuaron hasta su vida adulta. Eso también está bien. Dios nos da deseos para aprender y explorar. Úsalos, no los reprimas. Algunas de las cosas en que mis hijos estuvieron interesados fueron: genética, estanques para el jardín, construcción de casitas para pájaros, conejos, pollos, fotografía, escritura, política, historia, fabricación de libreros, reparación de aparatos dañados, flores silvestres, panadería, elaboración de dulces, etc.
4. Reducir las tareas largas, dándome cuenta de que a un niño le motiva el ver que la lección va a terminar y entonces tendrá más tiempo para explorar sus áreas de interés.
En realidad no importa mucho cuál currículum estés usando. ¡Probablemente contiene muchos ejercicios! Así que reduce el número de problemas/enunciados, etc. No tienes que eliminar ningún concepto, solo la cantidad de ejercicios que pides a tu estudiante que realice. Me di cuenta de que es contraproducente el atiborrarlos de ejercicios excesivos. Cuando ven que van a llegar al final, se aplicarán mejor a aprenderlos. Cuando terminen, tendrán tiempo libre para explorar aquello que les apasiona.
5. Encontrar formas de servir a otros, enseñando con el ejemplo el cómo desarrollar un corazón de siervo.
¡No limites a tus hijos con niños de su propia edad! Lleva a tus hijos de la mano y muéstrales con el ejemplo el cómo encontrar las necesidades que otros puedan tener y entonces suplir cualquier necesidad que puedas. Algunas veces la necesidad es un simple abrazo en la iglesia cada semana, una visita amistosa, una salida a comer o por un helado, una nota de ánimo, una visita, un regalo significativo, limpiar las salidas del agua de lluvia o recojer las hojas de un patio. No puedo exagerar en enfatizar la importancia de entrenar a tus hijos en el buscar formas de ser una bendición para otros. Si es su estilo de vida como niño, seguirá siéndolo cuando sea un adulto. Es la forma de Dios para buscar el servir en lugar de esperar a ser servido.
6. Ser creativa con las “materias” que enseñaba.
En lugar de ejercicios sin sentido para aprender una habilidad, como la escritura, por ejemplo, deja que tus hijos escriban algo que valga la pena: una carta al editor, una nota de aliento a una persona solitaria, comenzar una colección de recetas para uso futuro, historia familiar. Encuentra algo que haga una diferencia y sustituye con eso los ejercicios de escritura para practicar la escritura a mano. Si tu hijo es un apasionado de la medicina, déjalo que escriba sobre primeros auxilios, anatomía humana, cualquier cosa interesante sobre ciencia. No te quedes atrapada en el camino de la educación pública.
7. Alentar a mis hijos a intentar nuevas cosas. Algunas no les gustaron, algunas veces encontraron nuevas pasiones.
En nuestras visitas a la biblioteca hacía que mis hijos eligieran una biografía, un libro de algún tema de ciencia, un libro de historia, un libro de “cómo hacer…”, para exponerlos a cosas en las que de otra forma quizá nunca pensarían. Llévalos a “paseos escolares” en familia. Investiga la historia de tu ciudad o área del país. Vayan a viajes misioneros.
8. Enfocarme en el desarrollo del carácter y grabar la Palabra de Dios en sus corazones.
Esto es lo MÁS importante que puedes hacer y lo MÁS fácil de dejar de hacer si no lo conviertes en una prioridad. Nosotros hicimos esto de forma intencional y nunca me he arrepentido de haberlo hecho así. El carácter es simplemente las cualidades de Cristo. Estúdienlas en la Biblia. Guarden la Palabra de Dios en los corazones de ellos y en los suyos propios mientras aprenden juntos. Nosotros ofrecemos muchas formas prácticas en nuestro sitio web para ayudarte a comenzar (http://www.characterconcepts.com).
9. Hacer tiempo para cosas divertidas. Buscar formas de enseñar de modo que ni siquiera se dieran cuenta de que estaban aprendiendo.
“Planta” en tu casa un libro que los niños puedan tomar y leer. Llena tu hogar con herramientas valiosas de aprendizaje, libros, rompecabezas, materiales, audios. Si puedes hacer que el aprendizaje sea divertido, estarás construyendo una plataforma de despegue para la vida.
10. Quedarme en casa más a menudo que salir. Es difícil que la educación en casa sea efectiva cuando nunca estás en casa.
Es muy fácil involucrarse en muchas cosas “buenas”. Pero si son demasiadas, haces que para tus hijos sea muy difícil enfocarse en lo que realmente es importante. Estén en casa. Disfruten de la compañía mutua. Formen recuerdos especiales. En estos tiempos hay muchas oportunidades para involucrar a tus hijos, pero ¡cuidado! El tiempo de aprendizaje juntos y el crecer como familia es algo precioso. No lo desperdicies, no lo dejes fuera. Me encanta lo que mi hijo Matt me dijo hace unos pocos años. Me estaba contando de porqué estaba contento de haber sido educado en el hogar. Me dijo: “Pude conocer a mi familia realmente en lugar de solo reunirme con ellos por las tardes”. Eso dice mucho. Estén juntos. El tiempo es corto. La vida es corta. Aprovechen al máximo cada momento.
Puedes leer el artículo original en inglés dando click aquí
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